Un viaje de emociones
Siempre había tenido curiosidad por saber cómo se conducían los Trenes del Metro de Medellín, sí había alguna persona detrás del panorámico oscuro que no permitía ver el rostro o el rasgo de alguien al mando del vehículo, o si por el contrario, los Trenes se conducían automáticamente.
Recuerdo que desde pequeña he viajado en tren, cuando junto con mis padres y hermanos nos dirigíamos a visitar la abuela, o a pasear a las afueras de la ciudad. Por este motivo, siempre he relacionado los Trenes con experiencias alegres, significativas y de unión familiar, es un medio de transporte simbólico y especial.
Pasé a la Universidad de Antioquia en el año 2011, y a partir de ese momento otras puertas se abrieron, puertas que nunca pensé podrían estar disponibles para mí y yo para ingresar en ellas. Me enteré que los Conductores de los Trenes eran de mi edad, estudiantes como yo, jóvenes que trabajaban contratados por la Fundación Universidad de Antioquia como Conductores del Metro de Medellín.
Con mi curiosidad en su máxima expresión, pregunté, leí y busqué cómo podía presentarme, y todo me condujo al departamento de Bienestar de la Universidad, en donde me advirtieron que la convocatoria estaba abierta y que se cerraba en dos días. Reuní todos los papeles que solicitaban y me presenté, con la esperanza en el cielo y con mi mente en los Trenes, me imaginaba Conduciendo, me sentía ya una gran Conductora y pensaba en el orgullo de mi familia y amigos.
Con el paso del tiempo, la incertidumbre y las ansias se incrementaron más, fui pasando cada proceso de selección, primero una prueba antropométrica ( en la cual te pesan y te miden), luego una prueba psicotécnica, después una entrevista grupal y finalmente una visita domiciliaria y los exámenes médicos. Posteriormente y luego de todo este proceso, recibí una llamada que me puso literalmente a llorar, un llanto de emoción, felicidad y orgullo por haber logrado pasar el proceso de selección y estar a punto de iniciar la capacitación para aprender la conducción.
Así entonces inició este recorrido, con un punto de partida y un punto de llegada, una marcha segura que nos permite sacar adelante nuestros sueños y nuestras metas.
En la actualidad somos alrededor de 310 personas, entre Conductores, Maniobristas y Operadores de Conducción, quienes hemos iniciado esta aventura, cada uno de los cuales tenemos historias distintas, vivencias únicas y especiales que han derivado en que el día de hoy estemos juntos trabajando en pro de un mismo objetivo, movilizar una ciudad a través del tiempo , familias, generaciones completas que quieren el Metro, por su servicio y compromiso humano y social.
Al vivir esta experiencia, he reconocido que detrás de la movilización de los trenes, hay un equipo humano extraordinario, quienes tienen su propio kilometraje en la vida, los cuales también en su recorrido personal han fallado, y han encontrado en esos momentos de angustia y dificultad personas que brindan un apoyo incondicional , han “caído en emergencia*” ,( este término es utilizado en la Conducción para dar a entender que el Conductor ha sobrepasado la velocidad máxima permitida y por este motivo el tren se ha frenado en emergencia), pero encuentran la manera rápida y eficaz de volver a tener el control de todo, han sonreído al observar que los amaneceres y atardeceres son un regalo único de la vida, han recibido agradecimientos por su impecable obrar y también críticas que permiten auto reflexionar para mejorar.
Andrés Vásquez, Director del Proyecto Metro de la Fundación Universidad de Antioquia, nos cuenta un poco de los antecedentes de este proceso y su principal objetivo: “ El Tren Metropolitano del Valle de Aburrá fue iniciado en 1982 e inaugurado en su primera línea 15 años después el 30 de noviembre de 1995. A partir del año 2005, se firmó el Convenio entre el Metro de Medellín Ltda. y la Unión Temporal, constituida por la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, el Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid y la Universidad de Antioquia, en el cual la Fundación Universidad de Antioquia asume la prestación del Servicio de Movilización del Sistema Metro. Desde entonces jóvenes de todo el país son contratados por la Fundación U. de A. para la movilización de miles de personas a su destino”.
En este sentido, apunta Andrés Vásquez: “combatir la deserción académica de las universidades por medio de una retribución económica a los estudiantes que desempeñan su labor como Conductores de Vehículos Ferroviarios, es uno de los principales objetivos de este Proyecto; de modo que los estudiantes puedan contar con un apoyo y sostenimiento a sus necesidades académicas hasta finalizar los estudios universitarios”.
El Proyecto Metro ha logrado impactar hasta el momento a más de 1700 jóvenes del departamento de Antioquia y de distintas zonas del país, quienes gracias a su labor han podido culminar sus estudios satisfactoriamente en más de 248 carreras profesionales de aproximadamente 24 universidades. Un impacto significativo, el cual representa la cantidad de personas que han pasado por el Proyecto y han dejado una huella imborrable en la ciudad.
Juan Carlos Bedoya es actualmente el Director de Proyectos de la Fundación Universidad de Antioquia, quien inició su trayectoria como Conductor y líder de todo el personal operativo. Juan Carlos nos comenta las competencias que debe tener una persona que aspire ser parte de este proceso transformador: “Los aspirantes deben cumplir con un perfil compuesto por requisitos y competencias las cuales son evaluadas y verificadas durante todo el proceso de selección; dentro de los requisitos se encuentra ser estudiante universitario, matriculado en el segundo o tercer semestre al momento de presentarse a la convocatoria, cumplir con unas condiciones de salud física y mental exigidas para la labor, además de unas habilidades esenciales como orientación al servicio, sujeción a la norma, trabajo en equipo, trabajo bajo presión, atención, concentración y comunicación efectiva, competencias primordiales para desempeñarse como conductor del Metro de Medellín”.
Juan Carlos resalta que los jóvenes que pasan por este proceso, desarrollan y potencian habilidades y valores que los acompañan durante su posterior etapa profesional, tales como la responsabilidad con sus propios proyectos, con su familia, con la ciudad; la puntualidad; el trabajo bajo presión; el trabajo en equipo; la solidaridad; la amistad y la disciplina.
Así entonces, esta experiencia de tres años como Conductora de trenes me ha permitido despejar la vista, poder mirar fijamente hacia adelante, hacia lo que deseo alcanzar, me ha enseñado a disfrutar cada momento, admirar la bella ciudad que diariamente de sur a norte y oriente a occidente recorro, apreciar el sol, la lluvia, el día y la noche. Valorar cada segundo, cada usuario que viaja a través del Metro, un sistema que va más allá de ser un medio de transporte, es una forma de vida y un espacio para el encuentro.
Gracias a este Proyecto, estudiar y trabajar son dos actividades posibles con el Metro de Medellín y la Fundación Universidad de Antioquia.